Tesoros ajenos
Corría 1993 cuando el entonces ministro de Economía, Domingo F. Cavallo, en el marco del denominado Acuerdo Federal Minero y sus complementos ratificatorios que marcaron la entrega del subsuelo argentino a las multinacionales, se reunió en Denver, Colorado, EE.UU. con los hurgadores de tesoros ajenos. Acompañado por 7 gobernadores de provincias mineras, y esbozando un Plan coincidente con el saqueo patrimonial de la nación, inició el camino sin retorno de la violación subterránea. Un año antes, con la complicidad del Congreso, la Justicia y otras respetables instituciones, se había adjudicado la explotación de oro en Catamarca a la multinacional Musto Int. (IMZ), componente de la empresa Minera Alumbrera, cuyo capital correspondía en un 50% a la australiana MIM Holding. En el mismo 1993, las también australianas North Ltd. y Algom Ltd. se quedaron con el paquete accionario de Musto Inc. y comenzó entonces el ultraje de las entrañas catamarqueñas, que sigue hasta ahora, arrastrando una secuela de envenenados, muertos, enfermos, trabajadores superexplotados, destrucción de bienes comunitarios y rebeliones populares. Asimismo, desde ese año 1993, 42 empresas multinacionales- entre ellas las australianas Meridian Gold, Placer Dome, BHP y CRA, la inglesa RTZ, la canadiense Barrick Gold y la FMC de EE.UU. – participaron de un coto de caza subterráneo de 16 millones de hectáreas “cubiertas por derechos de exploración entre cateos y áreas de reservas provinciales”. De todos los emprendimientos mineros, Bajo La Alumbrera (oro y cobre), en Catamarca; Cerro Vanguardia (oro) en Santa Cruz, Pachón (cobre y molibdeno) en San Juan y ahora Agua Rica ( oro, cobre y molibdeno) en Catamarca, son la punta del iceberg en cuanto a los jugosos negocios del ramo. Facilidades impositivas, seguridad jurídica por largos años, descuento en el impuesto a las ganancias en inversiones de exploración, regalías ínfimas, libre importación de maquinarias, restitución del IVA, amplios descuentos sobre cargas sociales, permisividad en cuanto a destrucción de vías camineras y leyes ambientales truchas que consagran la impunidad, son algunas de las prerrogativas de las que gozan desde el período menemista y hasta hoy los saqueadores de tesoros ajenos, ratificadas tiempo después por la modificación de la Ley de Minería llevada a cabo durante el período del ex presidente De La Rua con la participación de, entre otras, las empresas mineras australianas MIM/North/Rio Algom, quienes invirtieron 1.000 millones de dólares en el proyecto a “cielo abierto” de La Alumbrera. Según consignó quien esto escribe en el 2003, lo mas sustancioso del negocio consistió en liquidar en el país, al igual que las empresas petroleras, sólo el 30% de lo producido, repatriándose el resto, que en su momento regresaría en “préstamos” para reciclar deuda externa, en forma de petrodólares o minerodólares.
Avivados
Cuando en 1997 entró en Catamarca en escena La Alumbrera, las condiciones para que florecieran los pingües negocios del ramo ya estaban “globalizadas”. Varios bancos centrales europeos, entre ellos la Banca Suiza, había enviado ese año al mercado en forma de ventas, préstamos y operaciones de cobertura grandes cantidades de oro, lo que hizo fluctuar a la baja el precio de este metal precioso. En ese mismo momento, el precio del cobre también fluctuó a la baja, lo que hizo lugar a la ley del embudo capitalista- centralización del capital- consiguiente con la debacle de medianas y aún grandes empresas mineras, que fueron absorbidas o se plegaron a las más grandes, como sucedió aquí con las tres australianas que se fusionaron en La Alumbrera. Con gran “visión de futuro” y como no podía ser de otra manera, las multinacionales mineras apostaron luego al presidenciable mas reaccionario y guerrerista de los EE.UU., George W. Bush, sabiendo que con la reactivación del complejo militar industrial se elevarían, por la depreciación del dólar producto de emisiones desenfrenadas para paliar los gastos del complejo bélico, y por el mayor consumo de cobre relacionado con su uso militar, los precios del oro y de este último metal, paralelo al aumento de los precios de todos los metales vinculados con la industria bélica. Así hicieron su agosto mundial los buceadores de tesoros ajenos. Tanta bonanza provocó que aquí, en solo un año- 2002/03- 100.000 kilómetros cuadrados de las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca y Tucumán fueran estudiados geológicamente por empresas japonesas y otras a fin de iniciar emprendimientos privados vinculados con el quehacer minero. Solo en Catamarca se afincaron a fines de los 90 e inicios del siglo XXI, 42 empresas, que hicieron y hacen estragos ambientales y de infraestructura, además de superexplotar a innumerables trabajadores, en los departamentos de Belén, Andalgalá, Tinogasta, Recreo y Santa María, entre otros.
Filomineros y rebeliones
El 2 de diciembre del 2009, el presidente de la multinacional canadiense Barrick Gold, Aaron Regent, declaró al diario Wall Street Journal lapidariamente: “Somos optimistas por el precio del oro”. Y no es para menos. La debacle financiera/monetaria mundial capitalista, fundamentalmente en EE.UU., entre otras variables, conlleva al aumento del precio del metal precioso, y el corolario de ello es que las acciones de Barrick aumentaron 8% ese año en relación con las subas. A fines de septiembre, sólo este consorcio anunció inversiones de 2.600 millones de dólares, producto de sus ganancias, para adquirir otras empresas y emprender nuevas aventuras doradas en el mundo.
Entretanto, como botón de muestra del jolgorio que continúa, el gobernador de la provincia patagónica de Chubut, Eduardo Das Neves, prosigue con su cruzada filominera, iniciada en esa provincia con la Meridian Gold, empresa que pretendía a inicios del 2000 y aún pretende contaminar la zona de Esquel y adyacencias a través de la extracción del metal dorado a “cielo abierto”. Desde ese momento los Vecinos Autoconvocados de Esquel han resistido la instalación de esta mina y aún siguen su lucha para evitar que, con leguleyerías propias de los que detentan el poder económico, esta logre su cometido.
Por otra parte, en Andalgalá, ubicada en los Valles Calchaquíes de Catamarca, una reciente pueblada llevada a cabo el último 15 de febrero derivó en una feroz represión, con un saldo de heridos y 50 detenidos, por parte de uniformados y sicarios al servicio de Agua Rica, emprendimiento minero tutelado desde el 2007 por la multinacional Yamana Gold Inc, que contiene a las empresas Yamana Gold, Meridian Gold y Northern Orion, fusionadas. Según los vecinos andalgaleños, este emprendimiento, que será tres veces mas grande y contaminante que La Alumbrera y producirá 12.5 millones de tn. de oro/cobre, 357.750 tn. de concentrado de molibdeno, y plata y remio como subproductos, sólo dejará en Catamarca el 1% de sus dividendos, además de muerte, contaminación y hasta el posible desmantelamiento de la ciudad de Andalgalá, que se halla sobre la zona prevista para las operaciones de la mina. Defendiendo su región y su vida, y al igual que los de Esquel, San Juan y otras zonas del país, los andalgaleños siguen luchando, y han logrado que el Juez de Minas de esa provincia, Raúl Cerda, resuelva hasta nuevo aviso interrumpir la actividad de la empresa Agua Rica.
Sin embargo, las influencias de estos grupos económicos extractivos son poderosas, y cuentan con el apoyo y las impunidades otorgadas en su momento por el ahora senador y “terciador” Carlos Menem y sus secuaces antiguos y actuales de distinto signo político que, abierta o secretamente, fuera y aún dentro del oficialismo, aspiran a hondurizar el país cuando convenga a sus intereses.
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