La necesidad del ALBA
El ALBA
Si bien el ALBA nace por
iniciativa del gobierno venezolano al que se suma inmediatamente el gobierno cubano, debemos entender que su
existencia responde a necesidades y avances de los pueblos de Latinoamérica,
retomando ideas de integración que ya habían sido desarrolladas en otras etapas
históricas e incorporando las nuevas problemáticas que se nos presentan.
En esta realidad que nos
toca vivir sin dudas representa el modelo de integración más avanzado que se
haya desarrollado.
Las diferencias
fundamentales entre el ALBA y las otras formas de integración son:
Por un lado su alcance que
abarca el modelo civilizatorio yendo al corazón de los problemas, aspecto que
no está planteado en UNASUR, MERCOSUR, etc. y que lo hace una herramienta
completa en sus principios al fin de abordar los principales problemas que nos
acucian ya que no existe aspecto que quede afuera del mismo.
Hablamos de valores y
derechos humanos que se encuentran fuera de la escena en nuestra sociedad. No
fuera porque las personas no sigamos aspirando a ellos sino porque todo se ha
teñido bajo el color del consumo con tal alcance que prácticamente no hay
actividades humanas que puedan escapar de los negocios. Tanto hablemos del agua
y la alimentación, como de la salud y la educación, como el derecho a la tierra
y la vivienda, como del acceso a la cultura, etc.
Por otro lado la existencia
de los Movimientos Sociales del ALBA, que habilita la participación y
posibilita seguir con la acción y las demandas allí donde los gobiernos son
ganados por sus propios mecanismos burocráticos, sus presiones o sus propias
limitaciones o, como en nuestro caso, cuando directamente ni contemplan sumarse
al ALBA.
Reconocemos enormes valores
en los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador principalmente, pero también
vemos a diario que sus acciones no siempre son las que esperamos, es nuestra
obligación valorar los avances que han permitido la revolución bolivariana seguida de los procesos de Bolivia y Ecuador,
los tres con características diferentes pero también con coincidencias que han
beneficiado no solamente a sus respectivos países sino a toda Latinoamérica.
A la vez debemos entender
que estos procesos no son ni lineales ni ideales y que muchas veces los
estancamientos o aún los retrocesos tienen que ver con lo que pudimos o no
lograr desde otros países que no son del ALBA. Hay que ver los acontecimientos
desde una distancia que nos permita evaluar Latinoamérica en su conjunto.
La importancia mayor radica
en la esperanza que ha despertado este proceso cuando veíamos todo estancado o
en retroceso y desde allí es mucho lo que se ha avanzado, entendiendo que la
mayor batalla es la cultural.
Si pensamos que a la
seguidilla de Venezuela, Bolivia y Ecuador no se suman otros países vemos hoy
en día que los procesos emancipatorios se encuentran detenidos en su alcance
geográfico, pero si volvemos al 2001 debemos valorar estos procesos que han
producido acontecimientos, instalado
temas y aportado perspectivas en la realidad de toda Latinoamérica.
Chávez ha vuelto a pronunciar la palabra socialismo
dándole alcance revolucionario, es decir, fuera del uso que le otorga la
socialdemocracia e incorporando una visión hacia el futuro; volviendo real la
esperanza de poder crear un sistema que nunca existió, que deberemos inventar
si queremos superar los procesos anteriores. Lo llama el Socialismo del siglo
XXI.
Evo Morales llevando
adelante la enorme importancia del cuidado del Medio Ambiente y los derechos de
la Madre Tierra aportando la cosmovisión de los pueblos originarios, Rafael
Correa revisando la deuda externa como acto soberano de su país. Los tres
privilegiando la soberanía y la propiedad de los recursos naturales y
reclamando por la democratización de los organismos internacionales, entre
otras muchas cuestiones.
Argentina y el ALBA
Si vamos relacionando la
cronología del ALBA y los acontecimientos de nuestro país veremos con claridad
que el momento en el que más cercanos estuvimos (me refiero a través de nuestro
gobierno) fue en noviembre del 2005 cuando coinciden en Mar del Plata la IV
Cumbre de las Américas y la III Cumbre de los Pueblos, el mejor momento, a mi
entender, de la política exterior llevada adelante por Néstor Kichner.
Recordemos, para ubicarnos que en ese momento Bolivia no era parte del ALBA ya
que Evo Morales ganaría las elecciones el posterior 18 de diciembre.
Qué imagen nos quedó de esos
hechos? La derrota del ALCA y el surgimiento del ALBA con el protagonismo de
Hugo Chávez pero también de los participantes de la Cumbre de los Pueblos y del
pueblo argentino repudiando la visita del presidente de Estados Unidos.
Es muy importante recordar
el papel que tuvo el Tren del ALBA
logrando una enorme trascendencia.
Recordemos este episodio a
través de una crónica periodística:
“Los cinco vagones plateados de El Marplatense están
a tope. El tren es una belleza. Cortinas de pana, asientos radiantes, baños
impecables, bandejitas con sándwiches de miga, bebidas sin alcohol de cortesía.
El diputado Miguel Bonasso, artífice de esta iniciativa; el director y músico
Emir Kusturica, el líder boliviano Evo Morales y el astro Maradona viajan en el
último vagón, que permanece cerrado a la prensa. La lista de personalidades que
viajan en el tren es larga, pero uno puede ir confeccionándola a medida que lo
recorre. Víctor Heredia, Tristán Bauer, Mirta Busnelli, Leonor Manso, Juanse,
el padre Farinello, Luis D’Elía, Ariel Basteiro, Oscar Martínez, María
Ibarreta, Teresa Parodi, Enrique Oteiza, Gustavo López, María Elena Naddeo,
Félix Schuster, todos andan por ahí, sentados o haciendo equilibrio entre los
infinitos cables que desenrollan los camarógrafos de, se diría, mil canales.”
Sandra Russo, Página 12, 5 de noviembre de
2005
Qué diferente ese momento a
la actualidad, con un kichnerismo consolidado desde las urnas, muy alejado de
ese acontecimiento en sus iniciativas políticas.
Trato de ser objetiva al
analizar estos hechos, es decir, no avanzar en intencionalidades.
Tan alejada es la realidad
actual que les permite realizar un acto para conmemorar estos importantes
hechos distorsionando la versión original, es decir, evidenciando el alcance de
su política, sincerándose en un sentido y usando el mecanismo habitual de que
las cosas son así porque las digo yo y no importa cuánto de verdad tengan y no
se discute.
Veamos otra crónica
periodística perteneciente al mismo medio que la anterior:
De la derrota del ALCA a
la Unasur, por la unidad de la Patria Grande Latinoamericana”
.“El no al ALCA fue un sí
a la soberanía latinoamericana”, resumió el diputado nacional Martín
Sabbatella. El entonces presidente “Kirchner tuvo un rol central como anfitrión
pero sobre todo como el gran impulsor del rechazo al ALCA y de esa afirmación
de la integración con los países y los pueblos del sur”, destacó. El embajador
de Venezuela en Argentina, Carlos Martínez Mendoza, aseguró que el rechazo al
ALCA “significó un momento que marcó un camino muy importante y torció el rumbo
de lo que luego pasó en América latina y el Caribe; rumbo que hoy se puede
disfrutar con la fortaleza de la Unasur”. El embajador cubano Jorge Lamadrid
destacó que Mar del Plata “marca la historia reciente de Latinoamérica y el
Caribe, nos enseña lo que significa la causa latinoamericana”.
Tras el almuerzo hubo
homenajes a Fidel Castro, a cargo del dirigente comunista Patricio Echegaray, y
a Kirchner, a cargo del diputado Edgardo Depetri. La jornada concluyó con un
panel sobre la Integración latinoamericana, con la presencia de embajadores y
representantes de Cuba, Uruguay, Nicaragua, Ecuador y Brasil, y sobre La
derrota del ALCA y los gobiernos populares emergentes, del que participaron el
titular del Banco del Sur, Pedro Páez, el ex canciller Jorge Taiana, el
diputado electo Andrés Larroque y el ex ministro de gobierno boliviano Antonio
Rada. La mesa fue coordinada por Hugo Yasky, de CTA, quien llamó a la unidad
del campo nacional y popular para enfrentar a la derecha.
Página 12, 6 de
noviembre de 2011
Hay que profundizar sobre
las diferencias, el ALBA es la contracara del ALCA porque promueve otro tipo de
integración basada en valores diferentes e incorporando a los pueblos y sus
necesidades en esta integración, UNASUR es un paso adelante más por quiénes la
integran que por el modelo que propone. Esta es la clave. La diferencia no es
poca ya que cualquier grupo integrado por países latinoamericanos donde no esté
Estados Unidos es un avance.
Así como el ALBA es la
contracara del ALCA, los TCP son la contracara de los TLC.
Cuando se entierra el ALCA
como modelo de integración, Estados Unidos apela a los TLC (Tratados de Libre
Comercio) que contrariamente a lo que su nombre indica de libre no tienen nada
y son en concreto otra forma de sometimiento que en este caso se hace con un
país en particular, no con todos como el ALCA pretendía.. El ALBA propone el
TCP, tratado de Comercio de los Pueblos y con esto avanza en explicitar el tipo
de integración al que aspira.
Entre las contradicciones en
las que nos encontramos una muy significativa es la ayuda que Argentina brinda
a países del ALBA, ayuda contradictoria con lo que se practica en nuestra
propia casa. El INTI y el INTA colaboran con los países del ALBA al servicio de
la soberanía alimentaria a la vez que vemos diariamente cómo estos valiosos
organismos pueden colaborar cada vez menos en nuestro país debido al modelo
agrario imperante, cada vez hay menos chacareros para asistir, cada vez menos
por la acción inescrupulosa de las empresas transnacionales monopólicas.
Si uno analiza cómo se fue
gestando esta alianza y qué países se fueron incorporando y en qué momentos,
creo que debemos reconocer que nuestro país ha ido a contramano de esta
perspectiva, claramente definido en la reciente jornada de Mar del Plata.
Muy diferente al escenario
del 2001 o del 2003 donde a pesar de la difícil situación pensábamos en otros
destinos posibles para nuestro desarrollo político.
Por último merece un párrafo
resaltar nuestra particularísima situación: por nuestras condiciones
geográficas naturales somos un país inmenso y riquísimo por lo cual nuestra
incorporación a un proyecto que busca la cooperación y la solidaridad sería
potencialmente de respaldo a otros países, pero si contemplamos nuestra real
situación, es decir, en qué manos están nuestros recursos naturales y nuestro
territorio, desde esa perspectiva nuestro atraso es mayúsculo y necesitamos
imitar el ejemplo de países más modestos pero en concreto más soberanos (aún
con las dificultades y contradicciones que esto trae aparejado) , tal es así la
realidad que en los documentos del ALBA se habla de “integración energética”
mientras nosotros planteamos como una necesidad acuciante la “soberanía
energética” como primer paso ineludible en este orden.
Argentina debe integrarse al ALBA
Es imprescindible trabajar a
favor de la integración de nuestro país al ALBA, más allá de que las
circunstancias no sean las mejores hoy en día.
Es muy importante que
nuestra relación con el tema no tenga que ver con la autosatisfacción de
declarar nuestros principios, esto tendrá sentido si podemos trasmitir estas
importantes ideas y experiencias hacia el común de la población, sabiendo que
es un tema que está fuera de toda difusión por parte de la inmensa mayoría de
los medios de comunicación.
Tenemos que realizar un
trabajo diario a fines de informar con convencimiento y actitud amplia los
beneficios que traería para todos los argentinos y argentinas nuestra
incorporación al ALBA.
Allí donde existe cualquier
reclamo o lucha ambiental, sólo como ejemplo ya que existen diferentes
problemáticas que pueden relacionarse, trataremos de informar y relacionar con
el ALBA.
No estamos adhiriendo
incondicionalmente a sus gobiernos sino trabajando por un modelo de integración
latinoamericano, como parte de los pueblos y como respuesta a la crisis
civilizatoria que estamos viviendo.
Laura García Vázquez
Bahía Blanca, 28 de
noviembre de 2011
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