Texto elaborado por la Comisión Interna de TELAM por mandato de la Asamblea del jueves último y divulgado hoy (6 de diciembre de 2011).
La asamblea general de trabajadores de Télam repudia la operación de prensa montada en la agencia y la censura sufrida en los despachos informativos redactados por nuestros compañeros de la sección Política sobre el asesinato del dirigente campesino Cristian Ferreyra, integrante del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase-VC).
Enterados de la noticia un día después, 17 de noviembre último, junto a la denuncia del Mocase, redactores de la sección recababan el relato de compañeros de Ferreyra e intentaban vanamente conseguir declaraciones de alguna autoridad del gobierno provincial.
Al día siguiente cubrimos con redactor y fotógrafo una marcha convocada por el Mocase con el apoyo de movimientos político sociales, entre ellos el Movimiento Evita, uno de cuyos dirigentes, el “Chino” Navarro, aportó como otros sus declaraciones señalando la responsabilidad de “gobiernos provinciales” en la violencia de los terratenientes contra campesinos, en alusión en este caso al gobernador santiagueño, Gerardo Zamora.
La nota fue demorada y se presionó finalmente para eliminar la presencia del Movimiento Evita en la marcha y las declaraciones de Navarro. Por último, fue eliminado el párrafo en que éste responsabilizaba a gobiernos provinciales y funcionarios judiciales por la violencia rural, sin consultar al redactor y dejando su sigla. Tampoco se incluyeron fotos, según se indicó a compañeros de fotografía, “por orden del jefe de prensa del gobernador de Santiago del Estero Gerardo Zamora”.
El 23 de noviembre se cubrió una conferencia de prensa del Mocase junto a organizaciones kirchneristas, emitida casi cinco horas después de terminada sin el párrafo en el cual Alfredo Farías, del Mocase, atribuía una vez más responsabilidad al gobernador Zamora en la violencia de empresarios rurales y el incumplimiento de sus compromisos con las organizaciones campesinas.
¿Si todo esto no es censura que nos expliquen que entienden por ella?
Pero además, y quizás lo más grave, con el concurso de la agencia se montó una operación. El mismo día de la marcha del 18, por la mañana, se emitió un despacho de unas 90 líneas que afirmada en el título y la cabeza que Ferreira había sido asesinado en un enfrentamiento entre vecinos, adoptando sin distancia alguna la afirmación de un supuesto informe o “parte oficial” de la policía santiagueña, sobre el crimen cometido en realidad por sicarios de un terrateniente. Ante la protesta de periodistas, se dijo que ese “parte” había sido remitido por Zamora con pedido de publicación.
Sin pormenorizar más la descripción, cabe subrayar que en la cobertura de este crimen, mientras compañeros pugnaban por dar a conocer la información chequeada, desde la conducción periodística de la agencia se presionó todo el tiempo con argumentos como que el jefe de prensa del gobernador Zamora “no quiere que se publiquen fotos del Mocase” o se vociferó que “acá no sale nada más del Mocase”.
Los trabajadores de Télam no queremos más censura ni mendacidad. El caso de censura en noticias sobre el asesinato de Ferreira, que es muy grave, no es una excepción. La censura y la selección de hechos que deben ser ignorados son moneda corriente. Sabemos por experiencia que esto no es nuevo. Esto, lamentablemente, repite prácticas que también fueron de gestiones anteriores, en diverso grado. Exigimos que de ahora en más no se repitan hechos de esta naturaleza.
Quienes llevan adelante este tipo de practicas nefastas son los mismos que lo hicieron durante gestiones anteriores y que lamentablemente continuan en cargos de importancia en la Mesa de Edición, a pesar de sus repetidos y resonantes errores profesionales durante años nefastos.
La asamblea decidió por unanimidad repudiar estos hechos y constituir una comisión que, junto a la Comisión Gremial Interna, controle y tome nota minuciosa de estas situaciones en caso de repetirse, además de abordar otras cuestiones que preocupan al conjunto de los compañeros porque ponen en juego el ejercicio honesto de nuestra profesión.
La asamblea general de trabajadores de Télam repudia la operación de prensa montada en la agencia y la censura sufrida en los despachos informativos redactados por nuestros compañeros de la sección Política sobre el asesinato del dirigente campesino Cristian Ferreyra, integrante del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase-VC).
Enterados de la noticia un día después, 17 de noviembre último, junto a la denuncia del Mocase, redactores de la sección recababan el relato de compañeros de Ferreyra e intentaban vanamente conseguir declaraciones de alguna autoridad del gobierno provincial.
Al día siguiente cubrimos con redactor y fotógrafo una marcha convocada por el Mocase con el apoyo de movimientos político sociales, entre ellos el Movimiento Evita, uno de cuyos dirigentes, el “Chino” Navarro, aportó como otros sus declaraciones señalando la responsabilidad de “gobiernos provinciales” en la violencia de los terratenientes contra campesinos, en alusión en este caso al gobernador santiagueño, Gerardo Zamora.
La nota fue demorada y se presionó finalmente para eliminar la presencia del Movimiento Evita en la marcha y las declaraciones de Navarro. Por último, fue eliminado el párrafo en que éste responsabilizaba a gobiernos provinciales y funcionarios judiciales por la violencia rural, sin consultar al redactor y dejando su sigla. Tampoco se incluyeron fotos, según se indicó a compañeros de fotografía, “por orden del jefe de prensa del gobernador de Santiago del Estero Gerardo Zamora”.
El 23 de noviembre se cubrió una conferencia de prensa del Mocase junto a organizaciones kirchneristas, emitida casi cinco horas después de terminada sin el párrafo en el cual Alfredo Farías, del Mocase, atribuía una vez más responsabilidad al gobernador Zamora en la violencia de empresarios rurales y el incumplimiento de sus compromisos con las organizaciones campesinas.
¿Si todo esto no es censura que nos expliquen que entienden por ella?
Pero además, y quizás lo más grave, con el concurso de la agencia se montó una operación. El mismo día de la marcha del 18, por la mañana, se emitió un despacho de unas 90 líneas que afirmada en el título y la cabeza que Ferreira había sido asesinado en un enfrentamiento entre vecinos, adoptando sin distancia alguna la afirmación de un supuesto informe o “parte oficial” de la policía santiagueña, sobre el crimen cometido en realidad por sicarios de un terrateniente. Ante la protesta de periodistas, se dijo que ese “parte” había sido remitido por Zamora con pedido de publicación.
Sin pormenorizar más la descripción, cabe subrayar que en la cobertura de este crimen, mientras compañeros pugnaban por dar a conocer la información chequeada, desde la conducción periodística de la agencia se presionó todo el tiempo con argumentos como que el jefe de prensa del gobernador Zamora “no quiere que se publiquen fotos del Mocase” o se vociferó que “acá no sale nada más del Mocase”.
Los trabajadores de Télam no queremos más censura ni mendacidad. El caso de censura en noticias sobre el asesinato de Ferreira, que es muy grave, no es una excepción. La censura y la selección de hechos que deben ser ignorados son moneda corriente. Sabemos por experiencia que esto no es nuevo. Esto, lamentablemente, repite prácticas que también fueron de gestiones anteriores, en diverso grado. Exigimos que de ahora en más no se repitan hechos de esta naturaleza.
Quienes llevan adelante este tipo de practicas nefastas son los mismos que lo hicieron durante gestiones anteriores y que lamentablemente continuan en cargos de importancia en la Mesa de Edición, a pesar de sus repetidos y resonantes errores profesionales durante años nefastos.
La asamblea decidió por unanimidad repudiar estos hechos y constituir una comisión que, junto a la Comisión Gremial Interna, controle y tome nota minuciosa de estas situaciones en caso de repetirse, además de abordar otras cuestiones que preocupan al conjunto de los compañeros porque ponen en juego el ejercicio honesto de nuestra profesión.
También se decidió reclamar a las jefaturas de las respectivas secciones de la Redacción que defiendan el trabajo y la profesionalidad de los periodistas.
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