Hay más proyectos e inversiones que no le reportan mayores ingresos al Estado ni una mejor calidad de vida a sus habitantes, más bien lo contrario.
En la última década del siglo XX, la inversión en exploración minera a nivel mundial creció casi al doble que en el pasado pero en América latina fue un boom que trepó el 400 por ciento. La Argentina fue un país fundamental de esta explosión de la actividad y, literalmente, de sus yacimientos en las montañas. Esto fue posible porque la mayor parte de los gobiernos de los países latinoamericanos con grandes reservas realizó una honda reforma de su legislación minera. Los nuevos marcos regulatorios beneficiaron el ingreso de capitales de las compañías multinacionales de mega minería, que en sus respectivos territorios o en otras regiones ya no tenían mucho para extraer. La única excepción a la regla en la región fue Costa Rica, que en 2002 sancionó una ley que prohíbe la minería a cielo abierto con sustancias tóxicas, como cianuro, ácido sulfúrico y mercurio, usados para disolver los metales del mineral que los contiene. En la Argentina no hay una ley nacional en este sentido aunque si legislación provincial que prohíbe el uso de ciertos químicos en la minería en su territorio (Mendoza, Córdoba, Río Negro, Chubut y San Luis
La particularidad de la mega minería es que provoca un mayor nivel de afectación del ecosistema en el que se desarrolla que la tradicional. Genera numerosos pasivos ambientales porque requiere un uso desmesurado de recursos, como agua y energía, ambos imprescindibles para sus operaciones. Cuando utiliza los valles de lixiviación en lugar del método de flotación para separar el metal de la roca, el riesgo para el medio ambiente es mucho mayor. Y además, como puede verse en las fotos aéreas de las gradas o canteras, para la explotación a cielo abierto se interviene de manera violenta la geografía de los territorios.
La particularidad de la mega minería es que provoca un mayor nivel de afectación del ecosistema en el que se desarrolla que la tradicional. Genera numerosos pasivos ambientales porque requiere un uso desmesurado de recursos, como agua y energía, ambos imprescindibles para sus operaciones. Cuando utiliza los valles de lixiviación en lugar del método de flotación para separar el metal de la roca, el riesgo para el medio ambiente es mucho mayor. Y además, como puede verse en las fotos aéreas de las gradas o canteras, para la explotación a cielo abierto se interviene de manera violenta la geografía de los territorios.
Negocio para pocos
No son muchos los jugadores globales en este negocio, incluso comparten varios proyectos por todo el mundo, pero tienen el suficiente poder para tentar a los gobiernos nacionales y provinciales con sus promesas y capitales. Sin embargo, pagan pobres regalías y derechos de exportación a los Estados, no tributan impuestos por la importación de sus maquinarias, no procesan el metal obtenido en el país de origen sino que lo exportan como bullón (lingotes de aleación) de bajo valor, emplean pocos trabajadores, realizan enormes cráteres en las montañas con las explosiones, utilizan generosos volúmenes de agua de vertientes naturales en lugares donde escasea el fluido para consumo humano (entre 30 y 100 litros por segundo), trabajan en áreas de glaciares o con fauna protegida y, aunque aseguran tomar todos los recaudos para cuidar el medio ambiente, siempre está latente el riesgo de la contaminación generada por derrames o filtraciones en sus piletas de lixiviación. Es cierto que realizan enormes inversiones pero los beneficios que quedan al Estado y población afectados son minúsculos.
(I)rresponsabilidad
En 1997 comenzó en la Argentina la producción de la mega mina de oro y cobre de Bajo de la Alumbrera, en la reserva minera de Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD), en la provincia de Catamarca, Argentina. Esta mina abrió el camino para otras compañías que fueron llegando a instalar sus proyectos de explotación aurífera en el país. Las minas Veladero y Pascua Lama en San Juan; Cerro Vanguardia, Manantial Espejo y San José-Huevos Verdes en Santa Cruz; Agua Rica que comenzará a producir el año próximo, también en Catamarca. Quedaron en el camino, y por acción de los gobiernos o la población, la mina San Jorge en Mendoza, la Calcatreu en Río Negro y El Desquite en Chubut. Las empresas venden “minería responsable”. Quizás los irresponsables sean algunos funcionarios y sus ambiciones de progreso a cualquier precio.http://continentecontenido. bligoo.com.ar/los-tajos- abiertos-de-la-argentina-mega- mineria-a-cielo-abierto# content-top
No son muchos los jugadores globales en este negocio, incluso comparten varios proyectos por todo el mundo, pero tienen el suficiente poder para tentar a los gobiernos nacionales y provinciales con sus promesas y capitales. Sin embargo, pagan pobres regalías y derechos de exportación a los Estados, no tributan impuestos por la importación de sus maquinarias, no procesan el metal obtenido en el país de origen sino que lo exportan como bullón (lingotes de aleación) de bajo valor, emplean pocos trabajadores, realizan enormes cráteres en las montañas con las explosiones, utilizan generosos volúmenes de agua de vertientes naturales en lugares donde escasea el fluido para consumo humano (entre 30 y 100 litros por segundo), trabajan en áreas de glaciares o con fauna protegida y, aunque aseguran tomar todos los recaudos para cuidar el medio ambiente, siempre está latente el riesgo de la contaminación generada por derrames o filtraciones en sus piletas de lixiviación. Es cierto que realizan enormes inversiones pero los beneficios que quedan al Estado y población afectados son minúsculos.
(I)rresponsabilidad
En 1997 comenzó en la Argentina la producción de la mega mina de oro y cobre de Bajo de la Alumbrera, en la reserva minera de Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD), en la provincia de Catamarca, Argentina. Esta mina abrió el camino para otras compañías que fueron llegando a instalar sus proyectos de explotación aurífera en el país. Las minas Veladero y Pascua Lama en San Juan; Cerro Vanguardia, Manantial Espejo y San José-Huevos Verdes en Santa Cruz; Agua Rica que comenzará a producir el año próximo, también en Catamarca. Quedaron en el camino, y por acción de los gobiernos o la población, la mina San Jorge en Mendoza, la Calcatreu en Río Negro y El Desquite en Chubut. Las empresas venden “minería responsable”. Quizás los irresponsables sean algunos funcionarios y sus ambiciones de progreso a cualquier precio.http://continentecontenido.
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