Cristina, en la cabina del Tango 01. Justo a tiempo, el gobierno fue notificado de que si el avión presidencial Tango 01 aterrizaba en Alemania, sería embargado por reclamo de un grupo de bonistas alemanes que se quedaron afuera del canje de bonos de la deuda en default. Tres situaciones al menos vergonzosas para la Argentina. Una, que el avión presidencial no haya podido llegar a Alemania porque iba a ser embargado por los bonistas de ese país. Dos, que el mismo peligro se ceñía sobre el stand en la Feria del Libro de Frnakfutr, el que debió ser puesto a nombre de un privado para evitar el papelón y Tres, que la presidenta (una vez más) haya mostrado su estrecha vinculación con la corporación minera, utilizando, para el viaje a Alemania, un avión de última generación cedido por una empresa minera de Canadá. Obvio, de esto nadie habla. Justo a tiempo, el gobierno fue notificado de que si el avión presidencial Tango 01 aterrizaba en Alemania, sería automáticamente embargado por reclamo de un grupo de bonistas alemanes que se quedaron afuera del canje de bonos de la deuda en default, indica el diario la Nueva Provincia de Bahía Blanca. El aviso llegó a la Casa Rosada cuando la aeronave estaba siendo alistada para trasladar a la presidente Cristina Fernández y a su comitiva para cumplir una gira de cuatro días por tres ciudades de ese país. Alemania es, además, uno de los acreedores de la Argentina en el Club de París, al que nuestro país le adeuda algo más de 6.700 millones de dólares. Según informaciones recogidas en fuentes seguras de la Casa Rosada, expresa el medio bahiense, la advertencia sobre la posibilidad de que el T-01 fuese embargado apenas tocara pista en el aeropuerto de Frankfurt provino de funcionarios de la embajada argentina en Alemania, a cuyo cargo se encuentra desde hace unas semanas Victorio Taccetti, ex vicecanciller durante la gestión de Jorge Taiana. A cambio del mítico Boeing 757 que Carlos Menem adquirió en 1994 en 67 millones de dólares, que quedó convenientemente estacionado en los hangares del aeroparque metropolitano, Cristina Fernández viajó finalmente a bordo de un avión de última generación pero de menor porte, que según datos extraoficiales obtenidos en el gobierno fue cedido por una empresa de origen canadiense, expresa LNP. La decisión de utilizar esa aeronave determinó que buena parte de la comitiva oficial, por ausencia de plazas en el “muletto”, debiera viajar a Alemania en un vuelo regular de línea. El percance lo sufrieron algunos funcionarios cercanos a la presidente, como su vocero, Alfredo Scoccimarro, y el grueso del personal de apoyo de menor rango que acompaña a Cristina en la gira por Frankfurt, Berlín y Hannover. Sobre llovido mojado: una versión que circuló insistentemente en la noche de ayer, de imposible confirmación por la cerrada negativa de fuentes y voceros del kirchnerismo, sostenía que el avión en el que viajó Cristina fue cedido sin cargo por una empresa con sede central en Canadá, dedicada al rubro de la explotación minera. Por lo menos dos personas que permanecieron en Buenos Aires pese a que integran el equipo de colaboradores de la jefa de Estado calificaron de «completo disparate» ese rumor, indica la información. El problema del Tango 01 y la oportuna advertencia que permitió evitar que sea embargado por bonistas alemanes no fue el único escollo que atravesó en la materia el gobierno argentino antes de la partida, el domingo por la noche, de Cristina Fernández. En efecto, una compleja ingeniería diplomática y judicial, no exenta de gestiones políticas, debió ser encarada con tiempo para evitar que igual suerte corriese el stand argentino en la Feria Internacional del Libro de Frankfurt, a cuya inauguración asistieron la presidente y su comitiva. “Hubiese sido un enorme papelón que nos embargaran el stand justo cuando llegaba la presidenta”, comentó a ese diario, una fuente gubernamental al tanto de aquellos movimientos de última hora, en los que entre otros funcionarios argentinos habría intervenido Magdalena Faillace, designada oportunamente por Cristina Fernández como titular del Comité encargado de organizar la muestra argentina en la feria alemana. La solución apareció cuando se resolvió oficialmente que el stand en Frankfurt fuese puesto a nombre de la Fundación Exportar, y no del gobierno argentino, ya que ese organismo figura como entidad mixta con aporte de capitales privados, lo que impide el accionar de la justicia a favor de los bonistas alemanes. Se sabe ahora que una figura similar se utilizó en 2009 para proteger la muestra argentina de aquel entonces, cuando también se intentó embargar las instalaciones por reclamo de un bonista local afectado por el canje de deuda de 2005. Agencia: OPI Santa Cruz. Link permanente: http://www.mdzol.com/mdz/nota/242882 |
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