‘‘Hay cada vez más provincias que quieren convertirse en mineras’’
INGRESOS POR REGALÍAS TIENTAN A MANDATARIOS
Los distritos que se recuestan sobre la cordillera de los Andes son los que atesoran los recursos metalíferos más importantes del país y, en consecuencia, los que cuentan con mayores potencialidades de atraer capitales mineros. Sin embargo, además de la geología, el escenario mundial y la legislación nacional también influyen sobremanera en el proceso de búsqueda de inversiones. Mientras el incremento de los precios internacionales de los metales permite avizorar un horizonte promisorio para la actividad luego de un año golpeado por la crisis financiera global, en algunas provincias no se considera esa oportunidad porque han impulsado normativas que frenan el desarrollo minero.
Para Manuel Benítez, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), las leyes que prohíben el uso de elementos para el tratamiento de minerales -y de ese modo, «obstaculizan la actividad»-, además de ser «inconstitucionales», traen aparejada una serie de consecuencias negativas: «Por un lado, impiden que las provincias puedan desarrollar sus potencialidades y, por otra parte, no dan lugar para profundizar el debate técnico y están basadas en supuestos que no tienen ningún sustento científico», aseveró el titular de la entidad empresarial a Ámbito Nacional, al tiempo que subrayó que uno de los principales desafíos que tiene en carpeta es generar las acciones de comunicación que sean necesarias para que «la sanción de leyes equivocadas se pueda corregir».
Mendoza, Río Negro y Chubut son los distritos más representativos de las posturas legislativas antimineras, tanto por la prohibición del cianuro (se utiliza para separar el oro de la roca), del ácido sulfúrico o el mercurio, como también por no permitir la explotación de minas a cielo abierto.
Periodista: ¿Por qué afirma que las leyes antimineras son leyes equivocadas?
Manuel Benítez: Porque surgen de la mezcla de desconocimiento e intereses políticos y económicos y no se basan en ningún tipo de conocimiento científico o tecnológico. Uno puede atacar al otro a partir del desconocimiento; si uno sabe, la mentira no tiene efecto. Entiendo que esta situación se da porque la minería es una actividad joven para el país, que recién comenzó a tomar fuerza los últimos años, por eso el principal desafío para el sector es la comunicación. Un ejemplo claro de lo que queremos lograr es La Rioja, que tenía una ley que impedía la actividad hasta que su Gobierno, de motu proprio, la corrigió y hoy es una de las provincias que ofrece las mejores posibilidades para los inversores. Somos optimistas en este sentido y creemos que cada vez más provincias quieren ser mineras. Neuquén puede servir también para ilustrar las nuevas tendencias, que recientemente sancionó una ley que permite la explotación minera.
P.: ¿Cuáles son las perspectivas que tienen puestas en Mendoza?
M.B.: Creo que en el caso mendocino, el impulso antiminero tuvo que ver con un particular momento político. El Gobierno provincial (en ese entonces, al mando de Julio Cobos) decidió prohibir aspectos de la minería, pero no se abrió espacio al debate. Ahora vemos que, a medida que se da lugar a la discusión del tema, se van transparentando los procesos. Lo malo es cuando no se discute y aparecen proyectos de ley entre gallos y medianoche que no tienen ningún tipo de asidero. El caso de Potasio Río Colorado es una muestra de cómo está cambiando Mendoza. Se trata de un megaemprendimiento minero que está a cargo de la firma brasileña Vale, que recientemente anunció que pondrá en marcha la construcción de la mina en 2010 con una inversión de más de u$s 3.000 millones.
P.: ¿Usted dice que por una cuestión política se es-tán perdiendo inversiones de envergadura?
M.B.: Más allá de los proyectos en sí, que requieren grandes sumas de dinero, se genera mucho trabajo en las provincias y también hay que tener en cuenta toda la infraestructura y la logística que se desarrolla en torno a cada iniciativa. En medio de esta discusión de mineros y antimineros se pierde mucho, además de las inversiones. El PBI sanjuanino, por ejemplo, creció un 43% gracias a esta actividad. En Catamarca, dos de cada tres pesos que recauda la provincia provienen del segmento minero. En el marco del horizonte promisorio que se presenta para el año que viene, la Argentina tiene mucho que hacer y por explorar, y hay un gran entusiasmo no solamente de los mineros, sino también de los gobiernos provinciales. En la actualidad, entre empleo directo e indirecto, la minería toma alrededor de 260 mil hombres y mujeres a lo largo y a lo ancho del país, y esperamos que sean muchos más.
Entrevista de Sabrina Pont
http://www.ambito.com/noticia.asp?id=497021
Para Manuel Benítez, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), las leyes que prohíben el uso de elementos para el tratamiento de minerales -y de ese modo, «obstaculizan la actividad»-, además de ser «inconstitucionales», traen aparejada una serie de consecuencias negativas: «Por un lado, impiden que las provincias puedan desarrollar sus potencialidades y, por otra parte, no dan lugar para profundizar el debate técnico y están basadas en supuestos que no tienen ningún sustento científico», aseveró el titular de la entidad empresarial a Ámbito Nacional, al tiempo que subrayó que uno de los principales desafíos que tiene en carpeta es generar las acciones de comunicación que sean necesarias para que «la sanción de leyes equivocadas se pueda corregir».
Mendoza, Río Negro y Chubut son los distritos más representativos de las posturas legislativas antimineras, tanto por la prohibición del cianuro (se utiliza para separar el oro de la roca), del ácido sulfúrico o el mercurio, como también por no permitir la explotación de minas a cielo abierto.
Periodista: ¿Por qué afirma que las leyes antimineras son leyes equivocadas?
Manuel Benítez: Porque surgen de la mezcla de desconocimiento e intereses políticos y económicos y no se basan en ningún tipo de conocimiento científico o tecnológico. Uno puede atacar al otro a partir del desconocimiento; si uno sabe, la mentira no tiene efecto. Entiendo que esta situación se da porque la minería es una actividad joven para el país, que recién comenzó a tomar fuerza los últimos años, por eso el principal desafío para el sector es la comunicación. Un ejemplo claro de lo que queremos lograr es La Rioja, que tenía una ley que impedía la actividad hasta que su Gobierno, de motu proprio, la corrigió y hoy es una de las provincias que ofrece las mejores posibilidades para los inversores. Somos optimistas en este sentido y creemos que cada vez más provincias quieren ser mineras. Neuquén puede servir también para ilustrar las nuevas tendencias, que recientemente sancionó una ley que permite la explotación minera.
P.: ¿Cuáles son las perspectivas que tienen puestas en Mendoza?
M.B.: Creo que en el caso mendocino, el impulso antiminero tuvo que ver con un particular momento político. El Gobierno provincial (en ese entonces, al mando de Julio Cobos) decidió prohibir aspectos de la minería, pero no se abrió espacio al debate. Ahora vemos que, a medida que se da lugar a la discusión del tema, se van transparentando los procesos. Lo malo es cuando no se discute y aparecen proyectos de ley entre gallos y medianoche que no tienen ningún tipo de asidero. El caso de Potasio Río Colorado es una muestra de cómo está cambiando Mendoza. Se trata de un megaemprendimiento minero que está a cargo de la firma brasileña Vale, que recientemente anunció que pondrá en marcha la construcción de la mina en 2010 con una inversión de más de u$s 3.000 millones.
P.: ¿Usted dice que por una cuestión política se es-tán perdiendo inversiones de envergadura?
M.B.: Más allá de los proyectos en sí, que requieren grandes sumas de dinero, se genera mucho trabajo en las provincias y también hay que tener en cuenta toda la infraestructura y la logística que se desarrolla en torno a cada iniciativa. En medio de esta discusión de mineros y antimineros se pierde mucho, además de las inversiones. El PBI sanjuanino, por ejemplo, creció un 43% gracias a esta actividad. En Catamarca, dos de cada tres pesos que recauda la provincia provienen del segmento minero. En el marco del horizonte promisorio que se presenta para el año que viene, la Argentina tiene mucho que hacer y por explorar, y hay un gran entusiasmo no solamente de los mineros, sino también de los gobiernos provinciales. En la actualidad, entre empleo directo e indirecto, la minería toma alrededor de 260 mil hombres y mujeres a lo largo y a lo ancho del país, y esperamos que sean muchos más.
Entrevista de Sabrina Pont
http://www.ambito.com/noticia.asp?id=497021
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