Siete mitos de la minería a gran escala en la Argentina
Desde la década de 1990, empresas mineras extranjeras han sabido construir un complejo sistema de privilegios que les ha permitido saquear a nuestro país. Romina Picolotti.
Reflexionaba José Ingenieros: “Cuando las miserias morales asuelan a un país, la culpa es de todos los que por falta de cultura y de ideal no han sabido amarlo como patria: de todos los que vivieron de ella sin trabajar para ella”. Hoy, sin embargo, parece que los idealistas son enemigos de la patria.
La situación de la minería de oro y plata a gran escala en la Argentina revela un gran desamor por nuestro país. Es posible y oportuno revertirla, simplemente con hechos concretos que demuestren el amor por nuestra tierra.
Desde la década de 1990, empresas mineras extranjeras han sabido construir un complejo sistema de privilegios que les ha permitido saquear nuestro país hasta dejarlo exhausto, no sólo desde lo ambiental sino también desde lo social e institucional.
Prueba de ello ha sido la represión brutal de la Policía de Catamarca contra mujeres y niños que se manifestaban de manera pacífica en defensa de su patria. Ninguno de los manifestantes reclama en pos de un interés individual.
Para comenzar a construir un país mas justo, sin privilegios, en el que todos los ciudadanos seamos iguales ante la ley, es preciso aclarar aquellos mitos que algunos pícaros pretenden instaurar como verdades absolutas.
Mito 1: no existen glaciares ni en Catamarca ni en La Rioja.
La realidad: sí existen glaciares en Catamarca y en La Rioja, en zonas de explotación y exploración minera, tal como lo demuestran imágenes satelitales. En Catamarca, en torno de los proyectos de Agua Rica y Filo Colorado (de las empresas Yamana Gold y Xstrata Copper) y a lo largo de la sierra del Aconquija, hay más de 150 glaciares de roca y algunos glaciares descubiertos. Varios de ellos ya fueron impactados por la actividad minera en la zona.
En La Rioja, hay más de 300 glaciares, muchos de ellos en zonas mineras. Sí hay glaciares en torno del cerro Famatina. Muchos de los glaciares riojanos también muestran impactos por tareas de exploración minera.
Mito 2: la minería genera desarrollo. Aquellos que se oponen a la minería en Catamarca y La Rioja se oponen al desarrollo.
La realidad: La Alumbrera, sita en Catamarca, es una de las minas de oro y plata a cielo abierto más grandes del mundo. Las empresas extranjeras propietarias de los derechos de explotación han facturado aproximadamente 11 mil millones de dólares. Sin embargo, Catamarca es una de las provincias más pobres de la Argentina: el 21,5 por ciento de su gente tiene necesidades básicas insatisfechas.
Mito 3: las empresas mineras cumplen con la legislación vigente.
La realidad: ninguna de las empresas mineras que operan en zona de glaciares cumple con la ley nacional 26.639, de protección de glaciares y ambiente periglacial. Es oportuno destacar que el artículo 6 de esta ley establece: “En los glaciares quedan prohibidas las actividades que puedan afectar su condición natural o las funciones señaladas en el artículo 1º, las que impliquen su destrucción o traslado o interfieran en su avance, en particular las siguientes: ... c) La exploración y explotación minera e hidrocarburífera. Se incluyen en dicha restricción aquellas que se desarrollen en el ambiente periglacial”. La ley declara a los glaciares bienes de carácter público.
Mito 4: la minería no compite por el agua con otras actividades de la zona.
La realidad: La Alumbrera consume aproximadamente 50 millones de litros de agua diarios. Es decir que La Alumbrera consume más agua en un mes de lo que necesita toda la población de Andalgalá para abastecerse durante un año. Si consideramos que la mayoría de las explotaciones mineras se encuentra en zonas áridas o semiáridas, el consumo hídrico de la minería es alarmante.
Mito 5: los glaciares no aportan grandes cantidades de agua.
La realidad: un glaciar del tamaño de una cancha de fútbol y de un metro de espesor (que es menor al tamaño mínimo para ser inventariado según la ley nacional) contiene suficiente agua para abastecer a una familia tipo de cuatro personas con agua potable durante más de 30 años.
En años de escasa precipitación en la Cordillera, los glaciares andinos suministran hasta el 80 por ciento de los caudales de los ríos de Mendoza y San Juan, porcentaje que se incrementa si consideramos la contribución de los glaciares cubiertos por detritos y escombros. O sea que, de no contar con ellos, estas provincias dependerían exclusivamente de las precipitaciones para poder acceder al agua y subsistir.
Mito 6: las compañías mineras no tienen privilegio alguno.
La realidad: las empresas mineras gozan de importantes privilegios. Por ejemplo: estabilidad fiscal (congelación tributaria) por 30 años, con el derecho de retener fondos de la coparticipación provincial si la estabilidad fiscal no es respetada; deducción de impuestos del ciento por ciento de montos invertidos en prospección y estudios; diversas exenciones sobre el Impuesto a las Ganancias; ciento por ciento de exención sobre Impuestos sobre Activos; ciento por ciento exento de pagos de derechos de importación; límite máximo de tres por ciento sobre el valor boca de mina a las regalías que puede percibir la provincia y el privilegio de fijar ellas mismas el monto de la reserva por potencial daño ambiental y deducirlo del Impuestos a las Ganancias. Ninguna pyme argentina goza de todos estos privilegios.
Mito 7: la minería no impacta en los glaciares.
La realidad: la megaminería es una de las actividades industriales que mayores perjuicios provocan a los glaciares, tanto en su fase de explotación como en su fase de exploración.
Son claramente visibles por imágenes satelitales numerosos impactos de empresas mineras en glaciares, por ejemplo en proyectos como Veladero, Pascua Lama, Los Azules, El Altar, Del Carmen, José María, Las Flechas, Vicuñas, Batidero, Portones, Amos Andrés, Filo Colorado.
Es oportuno señalar que la empresa canadiense Barrick Gold no sólo ocultó la presencia de decenas de glaciares en su área de impacto en los proyectos Veladero y Pascua Lama, sino que también propuso dinamitar tres glaciares para llegar al oro.
La Dirección General de Aguas de Chile emitió un informe en 2007, en el que señalaba que los glaciares en la zona de influencia del proyecto Pascua Lama habían disminuido en promedio un 70 por ciento, y otros directamente habían desaparecido, sólo durante las actividades de prospección. Como consecuencia de ello, Chile decidió modificar el proyecto original.
La cordillera de los Andes alberga la gran mayoría de nuestros glaciares. Hoy se encuentran en una situación de total indefensión, frente al avance con total impunidad de estas compañías extranjeras, con la venia del Estado.
Pero la gente, que es de este suelo, que tiene su familia allí y que permanecerá aun cuando el oro se haya terminado, ha decidido defender su tierra, su patria, su agua, aquello que la ley de glaciares tiene por objeto proteger.
El momento es ahora; el pueblo entendió que ya no queda más tiempo. Entre dos bienes, el oro y el agua, el pueblo decidió defender el bien vital.
Ahora, siendo conscientes de los sentimientos de desazón e impotencia de los pueblos de Catamarca, frente a tan brutal represión para abrir paso a la fuerza de palos y perros a camiones de la empresa minera suizo-canadiense, es bueno tener presentes las palabras de Eva Perón: “La patria no es patrimonio de ninguna fuerza. La patria es el pueblo y nada puede sobreponerse al pueblo sin que corran peligro la libertad y la justicia. Las Fuerzas Armadas sirven a la patria sirviendo al pueblo”.
*Ex secretaria de Ambiente de la Nación
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