El juez federal Norberto Oyarbide podría pasar a investigar el “caso Ciccone”, la denuncia que involucra al vicepresidente, Amado Boudou, con la imprenta privada conocida como Ciccone Calcográfica, la única del país que es capaz de confeccionar billetes.
Oyarbide favoreció a las autoridades gubernamentales en causas de corrupción . Fue él quien sobreseyó a los Kirchner en una expediente que los investigaba por enriquecimiento ilícito. El miércoles, el magistrado determinó que los mails secuestrados al ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime, no servirán como prueba en su contra, a pesar de que antes había dicho justo lo contrario. Paralela coincidencia: el kirchnerismo suele favorecer a este magistrado en el Consejo de la Magistratura.
Esta semana, de modo sorpresivo, y en medio del impacto político y mediático que desató el “caso Ciccone”, Oyarbide recordó que en su juzgado había un denuncia sobre el tema . Fue presentada en diciembre.
Estaba archivada . Ya no. Según pudo saber Clarín , el juez ahora intenta ponerla en marcha, por lo que podría entonces adueñarse de la investigación judicial sobre Ciccone que su colega, Daniel Rafecas, había delegado la semana pasada en el fiscal Carlos Rívolo.
Fuentes de tribunales adelantaron que habrá una disputa para ver cuál de los magistrados tendrá potestad sobre el “caso Ciccone”. Rívolo dijo el fin de semana que tenía en su poder una denuncia “sobre violación de los deberes de funcionario público con el nombre del vicepresidente, Amado Boudou”.
La causa sobre Ciccone que hasta ahora había “dormido” en lo de Oyarbide fue presentada en diciembre por un particular llamado Jorge Pacífico.
Clarín informó en noviembre pasado que Pacífico había presentado una denuncia sobre el tema en la Unidad Fiscal de Investigaciones Tributarias y Contrabando (UFITCO). El documento solicitaba medidas preliminares de prueba para determinar si los nuevos dueños de la ex Ciccone habían cometido el delito de evasión agravada y lavado de activos .
Pacífico escribió que The Old Fund, la sociedad que controla hoy la imprenta, y que tiene como director al monotributista Alejandro Vandenbroele, “resultar ser una pantalla de la familia Ciccone y de una ‘persona políticamente expuesta’ (textual la palabra utilizada en una charla informal que escuché), alto funcionario del Gobierno Nacional, para recuperar la empresa antes fallida”. El denunciante aclaró a la UFTICO que había tomado conocimiento de posibles delitos “de acción pública, por una conversación y a lo que surge de internet: Google”.
Pacífico no menciona en su escrito a Boudou con nombre y apellido. Su denuncia es además por “evasión agravada y lavado de activos”, mientras que la que lleva adelante Rívolo investiga si el vicepresidente cometió “violación de los deberes de funcionario público”.
El “caso Ciccone” se difundió el lunes 6 de febrero, cuando en el programa de Jorge Lanata en “Radio Mitre” la ex esposa de Vandenbroele, Laura Muñoz, acusó a su ex marido de ser “testaferro de Boudou”. Vandenbroele declaró ante la AFIP tener ganancias de hasta 15 mil pesos por año, pero aun así pasó a manejar Ciccone tras levantar una quiebra con un pago de 567 mil pesos hechos en efectivo. Es amigo de Boudou de la juventud. En la declaración jurada del vice figura que su inquilino es Fabián Carosso Donatiello, el mejor amigo y socio de Vandenbroele. Cuando este último llegó a Ciccone aseguró ante los empleados que llegaba “por el Gobierno” y que su contacto “es Boudou”. Hay decenas de testigos.
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