30/10/11 - Alejandro Borensztein
Listo.
A cobrar. Compañera Jefa, lo logramos: ya estamos solos. Finalmente
hemos ocupado todo el espacio político y hemos terminado con todo lo que hasta ahora amenazaba al kirchnerismo. Falta Majul y chau.
De todos modos, el mérito no es todo nuestro. Algo también ayudó la oposición. No hay que ser mezquinos con esos talentosos ególatras
que, con su incapacidad para acordar políticas comunes y deponer
ambiciones personales, demostraron una gran habilidad para fraccionarse
infinitamente hasta terminar dejando a la democracia renga, sin alternancia posible a la vista y sin contrapesos.
Salvo algunas excepciones como el Compañero Mauri, que se la vio venir a tiempo, o Altamira, que ha demostrado ser el trotskista más simpático del Cono Sur (simpático porque tiene el 2%, si llegara a sacar el 25% te quiero ver), el resto deberá ser reconocido por su invalorable aporte a esta catástrofe y volverse rápido a casita.
De hecho, estuve pensando que llegó el momento de que nosotros, los kirchneristas, nos hagamos cargo de este problema y organicemos nuestra propia oposición. La oposición que armó esta oposición es una vergüenza. Y no hay democracia sin oposición. No alcanza con un oficialismo rebueno como el nuestro. Hace falta que también haya algo enfrente. Por eso, Compañera Jefa, yo le propongo que hagamos un kirchnerismo oficialista y otro kirchnerismo opositor.
Sin duda nosotros vamos a hacer una oposición mucho más exitosa que la
que armaron esos inútiles. Tenemos gente, ideas, guita, suerte y el
viento en la camiseta. Imagínese, en el entretiempo de Fútbol para
Todos, sale un spot que dice “Entregamos 20.000 viviendas en Anillaco”, y al toque aparece otro que dice “¡¡Mentira, no sean ladris!! Hicieron la mitad de las viviendas que dicen haber hecho”. Ambas con el logo de Presidencia de la Nación. O uno de esos avisos que dicen: “ Este año se inaugurarán 1.000 km de nuevas autopistas”. Y a continuación otro que diga: “Sííí… nuevas autopistas… entre Los Ángeles y San Francisco. Acá seguimos con las mismas rutas pedorras de siempre”. Todas con el escudito del Bicentenario. Sería un golazo. Le tapamos la boca a todos los que dicen que no hay pluralidad en los medios públicos y que los usamos para propaganda como si fueran del gobierno y no del Estado.
Piénselo. No puede fallar. Quién le dice, en el 2015 nos ganamos a nosotros mismos y seguimos 30 años más. Es más, usted debería ser también la Jefa de la oposición. Se despierta a la mañana y, mientras se peina, se mira al espejo y se discute algunos temas importantes, así garantizamos el diálogo constructivo con todos los sectores
(que serían usted misma) y ya que estamos, cumplimos con la promesa de
2007 del famoso mejoramiento institucional que, con todo lo que tuvimos
que hacer, se nos fue traspapelando y ya nadie se acuerda. Ya se lo dije una vez: no sea cosa que el mejoramiento institucional sea al kirchnerismo lo que el salariazo al menemismo.
Si usted no se quiere involucrar podríamos armar dos grupos.
Uno encabezado por Scioli, Amado, tal vez Aníbal y quien le dice hasta
De Vido. Y el otro con tipos más del palo de Abal Medina, Mariotto, La
Cámpora, etc. El resto de la muchachada la podemos dividir, por ejemplo,
con un pan y queso, como en los potreros. Débora Giorgi va para
un lado, Filmus para el otro, Tomada se va con uno y a Barañao se lo
lleva el otro, y así hasta que repartimos a toda la banda. Hagámoslo de
la manera más pareja posible para que tenga gracia y sea competitivo
(si no estamos siempre en la misma). ¿Le digo algo? Me huelo que esto
va a ocurrir sin que siquiera tengamos que organizarlo. Es una
especialidad de la casa: el peronismo adora estos bolonquis internos.
Lo importante es que de esa forma podríamos tener oficialismo y
oposición, todos enrolados en el campo popular y el proyecto nacional, y
así sacarnos de encima a toda esa manga de oligarcas húngaros que se anotaron en las elecciones para competirnos, y los millones de rumanos, polacos, armenios, filipinos y escandinavos que los votaron.
Mientras tanto aprovechemos para hacer autocrítrica. Perdimos en algunos barrios de la Capital. Obvio, fucking fachos porteños.
También perdimos en la Antártida, ¿vio? Tiene lógica. Ahí no hay ni
Frávega, ni Garbarino, ni cuotas ni nada (chistecito gorila, perdón). Yo
no soy de los que subestiman al pueblo con el tema de los votos cuota y
los LCD, pero por las dudas seguiría con la política de los electrodomésticos. No sea cosa que se nos corte la racha.
Tampoco me dormiría en los laureles. Nada es para siempre. Le recuerdo Compañera Jefa que hace sólo 14 meses,
en agosto de 2010, le ofrecí y le vendí esta página para operar a favor
del kirchnerismo desde el maldito, oligarca y búlgaro monopolio, con el compromiso de aportarles el 10% que faltaba para llegar al… ¡¡¡40%!!!
Así venía la mano hace un ratito nomás, aunque nadie quiera recordarlo.
El sube y baja es tan imprevisible como vertiginoso. Una lección no
sólo para la política sino para la vida en general.
Ahora
disfrutemos. Estamos en el sube. Ganamos. Y ganamos por algo muy
simple: estamos mejor que en 2003, hay más laburo, mejores salarios y
unos cuantos logros políticos, pero sepamos que la gente es rara.
Los mismos que votan por usted y se emocionan con el recuerdo del Jefe, también leen Clarín y miran Canal 13. Y por supuesto compran dólares. Muchos dólares. Así de compleja es la sociedad argentina. Que a la falange escrachadora oficialista no le guste ver esta realidad, no quiere decir que no exista.
En fin, comienza una nueva etapa. No sé qué pensará usted Compañera Jefa, pero yo preferiría seguir llamándola Compañera Jefa.
Es más canchero, más afectuoso, más canyengue, más popu, más
arrabalero, más fuerza morocha, más cercano, más contemporáneo, más
civilizado, más democrático, más tolerante, más conciliador, más
simpático, más buena onda, más familiar, más divertido, más jodón, más
Aníbal, más reconocible, más amplio, más amigable, más moderno, más
Apple y más yo. Pero si de ahora en más hay que decirle Mi Reina, así será, Mi Reina. No voy a ser yo el primer estúpido que venga a contradecirla después de este triunfazo.
Entre lo del domingo, lo del miércoles y lo del jueves, hemos pasado una de las semanas más emocionantes y conmocionantes de los últimos años. La felicito, Compañera Jefa. Perdón, Mi Reina. Bueno, no sé, usted elige.
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