La norma fija presupuestos mínimos para proteger los grandes hielos. Se aprobó esta madrugada por 35 votos a 33. El debate duró 8 horas. Satisfacción de los ecologistas.
El debate giró en torno de la protección de las reservas de agua dulce y de los cuestionamientos y los respaldos a la actividad de la minería ubicada sobre la cordillera de Los Andes.
jueves, 30 de septiembre de 2010
El Senado aprobó esta madrugada la ley de protección de glaciares y la votación tuvo un desenlace apasionante. De los dos proyectos en discusión se impuso por sólo dos votos el que establece límites más estrictos a la minería en los alrededores de las grandes masas de hielo.
De esta manera triunfó la posición impulsada por las organizaciones ecologistas por sobre el gran lobby que llevaron adelante las cámaras que nuclean a los empresarios mineros e hidrocarburíferos, quienes vieron perder la votación a último momento a pesar del apoyo explícito de muchos gobernadores cordilleranos y de los más altos funcionarios de la Casa Rosada.
La diferencia entre los dos proyectos, el que sacó originalmente el Senado y el modificado por Diputados, es que el primero establece restricciones a las actividades productivas –básicamente la minería- en los glaciares y en los periglaciares, pero define a éstas zonas aledañas como los suelos congelados “permanentemente”.
En cambio, la sanción de la Cámara baja –que no fue votada por el kirchnerismo- establece como zonas periglaciares a “los suelos saturados en hielo que regulan el recurso hídrico”, lo cual amplía las superficies en las cuales no se podrán extraer minerales o petróleo.
Así, la discusión pasó no sólo por la necesidad de cuidar el agua como un recurso estratégico sino que tuvo como eje el desarrollo de las economías de las provincias cordilleranas a través de la minería.
La votación se produjo recién a las 4.30, luego de 8 horas de intenso debate. Primero se puso en consideración el despacho de mayoría, que implicaba la ratificación de la media sanción que la Cámara alta dio el año pasado.
Como este proyecto tuvo 33 firmas positivas y 35 negativas (con la abstención del sanjuanino Roberto Basualdo), se pasó entonces a votar el despacho de minoría que acepta los cambios que en agosto le introdujo la Cámara de Diputados en primera revisión. Fue allí que los números se invirtieron: 35 votos afirmativos y 33 negativos.
Hasta bien entrado el debate, los senadores que apoyaban la ley más flexible para la minería -grupo liderado por el sanjuanino César Gioja- creían tener grandes chances de ganar la votación ya que especulaban con tener al menos 36 votos. Pero con el correr de las horas muchos legisladores blanquearon su apoyo a la norma más proteccionista del agua, entre ellos el mendocino K Adolfo Bermejo, a quienes todos consideraban como un aliado de los gobernadores cordilleranos.
Además, 3 senadores que se daban como ausentes ya que participaron de la visita de la presidenta Cristina Fernández a Nueva York llegaron para votar: el bonaerense José Pampuro, la santafesina Roxana Latorre y la chaqueña Elena Corregido y los tres lo hicieron por el proyecto menos permisivo para las mineras.
Un giro inverso tuvo la santiagueña kirchnerista Ada Itúrrez, quien el martes apoyó el dictámen de Diputados en la comisión de Ambiente y esta madrugada cambió bruscamente su voto aludiendo que el artículo 17 de la ley sancionada por la Cámara baja "paralizaba" todas las actividades productivas en la cordillera hasta tanto no se haga un inventario de los glaciares.
Sin embargo, para poder hacer prosperar la media sanción de Diputados y convertirla en ley, el kirchnerista Daniel Filmus y el grueso de la UCR dispusieron que este artículo que introdujo en la Cámara baja el cobista Ricardo Mansur sea eliminado de cuajo, a fin de evitar que cundiera en todo el cuerpo la misma duda que enunció Itúrrez.
De este manera, la UCR logró abroquelar a todo su bloque y evitar fugas como las amagadas por el rionegrino Pablo Verani y el santiagueño Emilio Rached. Sólo 3 radicales votaron por la ratificación de la sanción original del Senado: la correntina Josefina Meabe -aliada- y los catamarqueños Oscar Castillo y Blanca Monllau.
Sin dudas fue la decisión que tomó el jefe de la bancada kirchnerista, Miguel Pichetto, otro de los datos de la noche. El rionegrino encabezó un grupo de 10 senadores K (sobre 31) que se desmarcaron de la posición de la Casa Rosada y votaron por la ley más restrictiva de la minería.
"No hay que dramatizar -les dijo a los senadores que aseguraron que se judicializarían todos los proyectos mineros y se perderían inversiones y trabajo- las empresas seguirán viniendo porque la rentabilidad es alta", dijo luego de explicar que la Presidenta le ratificó que daba libertad de acción a todo el oficialismo.
Mientras los senadores Gioja y su coterránea Marina Riofrío no podían ocultar su desazón ya que San Juan fue la provincia que más se movilizó por defender la minería, el líder de Greanpeace, Juan Carlos Villalonga, le dijo a este diario desde un palco del Senado: "Creo que el Congreso dio un gran paso, porque de no haber salido esta ley habría sucumbido a la enorme presión de la corporación minera. Nunca jamás se vio tremenda oposición a una ley ambiental", afirmó. Por Mario Fiore - mfiore@losandes.com.ar
De esta manera triunfó la posición impulsada por las organizaciones ecologistas por sobre el gran lobby que llevaron adelante las cámaras que nuclean a los empresarios mineros e hidrocarburíferos, quienes vieron perder la votación a último momento a pesar del apoyo explícito de muchos gobernadores cordilleranos y de los más altos funcionarios de la Casa Rosada.
La diferencia entre los dos proyectos, el que sacó originalmente el Senado y el modificado por Diputados, es que el primero establece restricciones a las actividades productivas –básicamente la minería- en los glaciares y en los periglaciares, pero define a éstas zonas aledañas como los suelos congelados “permanentemente”.
En cambio, la sanción de la Cámara baja –que no fue votada por el kirchnerismo- establece como zonas periglaciares a “los suelos saturados en hielo que regulan el recurso hídrico”, lo cual amplía las superficies en las cuales no se podrán extraer minerales o petróleo.
Así, la discusión pasó no sólo por la necesidad de cuidar el agua como un recurso estratégico sino que tuvo como eje el desarrollo de las economías de las provincias cordilleranas a través de la minería.
La votación se produjo recién a las 4.30, luego de 8 horas de intenso debate. Primero se puso en consideración el despacho de mayoría, que implicaba la ratificación de la media sanción que la Cámara alta dio el año pasado.
Como este proyecto tuvo 33 firmas positivas y 35 negativas (con la abstención del sanjuanino Roberto Basualdo), se pasó entonces a votar el despacho de minoría que acepta los cambios que en agosto le introdujo la Cámara de Diputados en primera revisión. Fue allí que los números se invirtieron: 35 votos afirmativos y 33 negativos.
Hasta bien entrado el debate, los senadores que apoyaban la ley más flexible para la minería -grupo liderado por el sanjuanino César Gioja- creían tener grandes chances de ganar la votación ya que especulaban con tener al menos 36 votos. Pero con el correr de las horas muchos legisladores blanquearon su apoyo a la norma más proteccionista del agua, entre ellos el mendocino K Adolfo Bermejo, a quienes todos consideraban como un aliado de los gobernadores cordilleranos.
Además, 3 senadores que se daban como ausentes ya que participaron de la visita de la presidenta Cristina Fernández a Nueva York llegaron para votar: el bonaerense José Pampuro, la santafesina Roxana Latorre y la chaqueña Elena Corregido y los tres lo hicieron por el proyecto menos permisivo para las mineras.
Un giro inverso tuvo la santiagueña kirchnerista Ada Itúrrez, quien el martes apoyó el dictámen de Diputados en la comisión de Ambiente y esta madrugada cambió bruscamente su voto aludiendo que el artículo 17 de la ley sancionada por la Cámara baja "paralizaba" todas las actividades productivas en la cordillera hasta tanto no se haga un inventario de los glaciares.
Sin embargo, para poder hacer prosperar la media sanción de Diputados y convertirla en ley, el kirchnerista Daniel Filmus y el grueso de la UCR dispusieron que este artículo que introdujo en la Cámara baja el cobista Ricardo Mansur sea eliminado de cuajo, a fin de evitar que cundiera en todo el cuerpo la misma duda que enunció Itúrrez.
De este manera, la UCR logró abroquelar a todo su bloque y evitar fugas como las amagadas por el rionegrino Pablo Verani y el santiagueño Emilio Rached. Sólo 3 radicales votaron por la ratificación de la sanción original del Senado: la correntina Josefina Meabe -aliada- y los catamarqueños Oscar Castillo y Blanca Monllau.
Sin dudas fue la decisión que tomó el jefe de la bancada kirchnerista, Miguel Pichetto, otro de los datos de la noche. El rionegrino encabezó un grupo de 10 senadores K (sobre 31) que se desmarcaron de la posición de la Casa Rosada y votaron por la ley más restrictiva de la minería.
"No hay que dramatizar -les dijo a los senadores que aseguraron que se judicializarían todos los proyectos mineros y se perderían inversiones y trabajo- las empresas seguirán viniendo porque la rentabilidad es alta", dijo luego de explicar que la Presidenta le ratificó que daba libertad de acción a todo el oficialismo.
Mientras los senadores Gioja y su coterránea Marina Riofrío no podían ocultar su desazón ya que San Juan fue la provincia que más se movilizó por defender la minería, el líder de Greanpeace, Juan Carlos Villalonga, le dijo a este diario desde un palco del Senado: "Creo que el Congreso dio un gran paso, porque de no haber salido esta ley habría sucumbido a la enorme presión de la corporación minera. Nunca jamás se vio tremenda oposición a una ley ambiental", afirmó. Por Mario Fiore - mfiore@losandes.com.ar
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