29/06 – 09:30 - La combinación “política-negocios” tuvo un punto oscuro esta semana pasada cuando la presidenta Cristina Fernandez se sentó a compartir su tiempo con el dueño de la Barrick Gold, empresa minera denunciada por la contaminación que produce y cuyo propietario Peter Munk la fundó con dinero del principal traficante de armas de la tierra Adnan Kashogi, socio de personajes como Monzer Al Kassar, a su vez socio menemista, era la cual dice despreciar el matrimonio presidencial.
Hay veces que los presidentes deben cuidar determinados contactos, no solo por lo que representan los personajes en sí mismo, sino por las connotaciones que tiene reunirse con personas cuya trayectoria empresaria y sus orígenes comerciales son cuestionados y denunciados en muchos países del mundo.
Cristina Fernández fue a Toronto, Canadá, para compartir un almuerzo con Peter Munk el CEO de la contaminante minera Barrick Gold, que tiene inversiones en Argentina, siendo la más cuestionada Pascua Lama y Veladero en el NOA y le aseguró que Argentina le dará vía libre a su caóticos negocios.
La presidenta que se cuida hasta el hartazgo de no mezclarse con lo peor del menemismo ni rozar a personajes sospechados de cometer crímenes de lesa humanidad, departió y compartió una comida con Munk que fundó Barrick con dinero del principal traficante de armas de la tierra Adnan Kashogi, socio de personajes como Monzer Al Kassar traficante de armas ícono de los 90.
Pero ese es solo un aspecto que en todo caso recala en lo contradictorio que tiene el mensaje de la presidenta, lo peor es que Barrick es una multinacional denunciada en Chile por contaminar a través de sus laboreos mineros, modelo que se replica del lado argentino.
Como no podía ser de otra manera, Cristina fue acompañada de los dos socios de Barrick Gold en Argentina, los hermanos Gioja de San Juan, quienes hacen buenos negocios con la empresa y son los principales lobystas que tiene Munk en nuestra indefensa (o no defendida) patria.
Cabe recordar que a instancias de Barrick y de Gioja, la presidenta vetó la Ley de Glaciares, presentada por la diputada Marta Maffei e impulsada por Pino Solanas. Lo ciertamente ridículo de esta acción de Cristina, es que mientras ella misma proviene de una provincia donde está el único glaciar más importante de América y uno de los principales del mundo; siendo que ella fue defensora acérrima de la soberanía sobre los hielos y marcó una y otra vez en sus discursos la necesidad de preservar las bellezas naturales que cada día son más escasas en la tierra, se negó a firmar una norma que tendía a preservarlos.
Desde ese momento, desde aquel incomprensible veto, la presidenta CFK corre por la cornisa que la arrincona entre la falsedad del discurso que sostuvo hasta que fue presidenta y el interés económico-empresario que se mueve detrás de esta enorme apuesta a explotar los recursos naturales del país, con costos bajísimos para las empresas y destrucción asegurada de todo el patrimonio natural del suelo.
Como si ello fuera poco, quien ha denunciado a la propia presidenta como coautora de esta incomprensible medida de vetar una ley de protección a las áreas periglaciares donde Gioja y Cia quieren meter mano, ha sido un diputado que para nada se puede entender como anti K, nos referimos a Miguel Bonasso quien ha estrechado fuertes vínculos con el kirchnerismo y ha llevado adelante todos sus proyectos, menos éste que significó la rotura de relaciones.
La fotografía que ha quedado en los medios nacionales, mostrando a la presidenta junto a Munck y los Gioja, convalida la sospecha de que el gobierno nacional ha hecho política de Estado la minería, porque sencillamente con este maquillaje le da vía libre a uno de los mayores saqueos de las riquezas minerales del país en detrimento, tanto del bienestar y vida de la gente que es impactada por los emprendimientos, como del medio ambiente y los eternos hielos a los que parece haber olvidado en su derrotero hacia la esfera más alta del poder donde los intereses compartidos con las grandes corporaciones le ha generado una amnesia peligrosa y destructiva. (Agencia OPI Santa Cruz)
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